Redacto esta entrada soportando coacciones varias porque el
resultado de la jornada "pintoresca" del domingo pasado fue que nadie quedó satisfecho con el cuadro que que cada cual pintó. Niñaca, porque fue constantemente perseguida por ardillas asesinas, abejorros mutantes y señoras que van a pasear al parque y se quedan mirando horas lo que dibujas. Steve quizás fue el menos afectado, terminó su pintura en una hora escasa y se dedicó a contemplar a los corredores de fondo. Y yo que siempre me pierdo con los colores, ni siquiera haciendo una aguada semimonocromática consigo nada diferente a un paisaje de película Disney.
Pero lo pasamos bien, yo al menos hacía años que no salía a dibujar por la ciudad y se disfruta del ambiente, el solecito que por fin hacía (particularmente yo terminé abrasado pero eso es otra historia que tiene que ver con mis genes alemanes de 6º generación y esta piel blanca cual princesa del guisante)...
Particularmente me divierto mucho con los comentarios de la gente. Hubo una señora que se acercó en su chandal dominguero y le dijo a Niñaca que pintaba muy bien, lo cual es cierto (es la que mejor lo hace de los tres y de casi todo el que yo conozca). Niñaca le respondió que era una manera de pasar el domingo, a lo que yo añadí "Mejor eso que drogarse, ¿verdad señora?". Y a todo esto Steve escondía el porro que fumaba debajo de la tabla de dibujar.
O cuando una familia con unos niños pasaron por delante y la madre le dijo a la hija: "Mira cariño, así dibujarás tú un día, sin salirte de las lineas"... y Niñaca miraba alucinando su propio cuadro, que era un pastel con técnica de difuminado....
Y mi frente a estas alturas ya se está despellejando!!
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Niñaca como Tamara de Lempicka, Steve como Lucian Freud, Efter como Francis Bacon.