7/9/10

BUENO,BONITO,BARATO

He decidido dejar de comprar en el mercadillo o baratillo (como le llaman acertadamente algunos).
NO señores, ese lugar ya no es para mí, y no quiero que suene a pedantería mezquina, que quizás lo es. Lo que quiero transmitir es que el sitio donde disfruté tanto en una época, el pretendido paraíso, se ha tornado en una cloaca donde me lleno de barro a cada paso que doy.
Allí he comprado mucho, y a bajo precio. Aunque nunca es más cierto un refrán como en este caso. Y es que lo barato sale caro, y muy caro me ha salido a veces. El producto se estropea enseguida, te cansas de él porque se lo ves a todas puesto, y encoge en la lavadora quedándose pequeño.
He pasado a comprar ropa de calidad por internet, y dejar otros asuntos más importantes para fuera de la pantalla , tanto del ordenador como del cine.
Revisando los armarios para hacer una criva me he dado cuenta de la morralla que he ido acumulando. Abogo por la llamada ropa de fondo de armario, que aunque contada con los dedos de una mano, es sencilla, intemporal y duradera.
A estas alturas de la vida una busca rodearse de cosas buenas, no de acumular trapillos en los cajones.
Ajjj… esto me recuerda que debo tirar el rímel de delipus…