30/12/09

Feliz 2010

La Triple-A desea a todos los lectores del blog unas felices fiestas y un año 2010 cargado de los mejores deseos. Para llamar a la buena suerte, hemos interpretado un antiguo mantra japonés, que quizás sea familiar a algun@ de vosotr@s si ha realizado cursillos de relajación y de introspección astral.

Con todos vosotros, JINGURU BERU:



Y el fichero sonoro completo, junto con la letra del mantra, por si queréis repetirlo en la intimidad de vuestro sancta sanctorum (Pulsa en la imagen para abrirla a mayor tamaño):





¡Feliz año Nuevo!

23/12/09

ES MENTIRA

Hay periodos de tiempo que ocurre algo muy curioso no explicable racionalmente, y es que uno parece imantado hacia un tema determinado, y tiene experiencias diferentes con ese tema por distintas fuentes y momentos. Eso me ha pasado a mí hace unos días con el tema de la mentira.
Empecé viendo una película en casa de unos amigos que trataba de ello. La protagonista tenía la facultad de captar cuándo alguien mentía. Era como un superpoder que se anteponía incluso a su voluntad.
Otro día, en un programa de la tele había un debate sobre la autenticidad de los políticos donde mostraban a través de documentales que parte de la labor de un político es saber mentir muy bien, y llegar a ser creíble.
Y por último, en una conversación entre amigos, una de ellas citó una serie americana que veía ella que se llama “lie to me”. Más tarde, en una tarde de aburrimiento, la busqué por Internet , y desde ese momento me he hecho fan sin condiciones de la serie. En ella muestran los gestos, movimientos e indicios corporales que indican que una persona no está diciendo la verdad. Lo malo es que estoy aprendiendo mucho sobre algo que sé que me traerá muchos problemas.
Por cierto…a ver si adivinais cuál de las tres historias que he contado es mentira…
Un saludito. Y felices fiestas.

17/12/09

La Conciencia



Hace unos días, una amiga me comentaba lo cariñosa que estaba su gata últimamente con ella, siguiéndola a todas partes, pidiendo arrumacos... Yo, que siempre he sido un amante de los animales, que se me humedecían los ojos viendo la operación de una cobaya en Pelopicopata, que he tenido perros, canarios, gorriones, gusanos de seda, tortugas, peces, doce hamsters, un camaleón, y una granja de hormigas... Cometí la desconsideración de responder a mi amiga que "Eso es que tendría frío, tu gata".

Lo reconozco, fui un insensible, corazón de piedra, lengua venenosa. Sin embargo, todo tiene una explicación, y esa explicación es mi perro, o más bien el perro de mis padres, que cuido por temporadas, cuando a ellos les viene en gana darse viajes. De los perros que han pasado por mi vida es el que más he querido, no sabría explicar muy bien por qué. Pero sospecho que parte del motivo es que tiene una manera de ser extraña para lo que yo he vivido con otros canes. Es un ser tremendamente independiente, no le gusta que le cojas, no le gusta que lo acaricies, no le gusta que le beses, no le gusta nada que tenga que ver con el contacto físico... Excepto en tres momentos de su vida perruna: cuando tiene hambre, cuando quiere salir a la calle, o .... Cuando tiene frío. Es en este último caso cuando te busca, se sube a tus piernas, salta a la cama, se hace un gurruño encima de ese edredón nórdico tan bonito que tienes. Y entonces se lo perdonas todo, te enternece, tienes ganas de abrazarlo, de darle calorcito y que él te lo de a ti. Aún así, con todo, suelta un leve gruñido. Él es así.

Por eso respondí sin pensar a mi amiga que su gata probablemente tenía frío, debido a la ola polar que nos asalta esta semana. Por eso ofendí sus sentimientos, sin quererlo realmente, sino simplemente transmitiendo mi experiencia organoléptica, empírica y racional. Por eso recibí un golpe virtual de una enciclopedia invisible sobre mi cabeza...

Anoche el perrito quería subir a mi cama. Le puse una manta vieja a los pies para que no me manchara el edredón, y le tapé con su toalla de rayas. Me soltó un gruñido de advertencia, dejó caer un suspiro de satisfacción y se durmió pensando en la gata de Bequi y en el frío que hace estos días.

2/12/09

LA CIENCIA


Estos días atrás he estado enferma, y por lo tanto he cambiado mis rutinas. He estado todo el día enclaustrada, vagando de un sitio a otro de la casa, levantándome tarde y sin despertador y más tiempo de la cuenta en la cama.
Lo cuento( a parte de porque a todos nos gusta compartir nuestras cosas, tanto alegrías como males) para transmitir una idea que me ha surgido a raíz de este hecho. Y es que a veces la gente debería dejar a los demás ser felices con sus fantasías, aunque no sean nada más (y nada menos) que eso, y no tengan ninguna base real ni científica. Porque al fin y al cabo se trata de vivir y no de saber.
El hecho es que mi gata durante este tiempo ha estado más cercana, más pegada a mí, siguiéndome cuando yo me movía y sobre todo subiéndose en mis piernas o encima de mí mientras yo dormía. Comportamientos inhabituales en ella.
Ante esto, yo que andaba faltita de afecto y más vulnerable de la cuenta, lo interpreté como una muestra de cariño de mi mascota, a la que yo le atribuía un sexto sentido desde el que ella intuía que yo estaba mala y su comportamiento estaba dirigido a demostrarme su apoyo.
He aquí que viene el asunto…yo que andaba más feliz que un regaliz con mis interpretaciones, las iba comentando a mi entorno más cercano, para compartir como hemos dicho antes, estos sentimientos incluso curativos (en la circunstancia en la que estaba). En una de esas, alguien me responde de forma aséptica, racional y lógica:

“ESO ES QUE TENDRÍA FRÍO”…

Yo imaginé que un gran tomo de anatomía de la enciclopedia de medicina le caía encima de la cabeza desde la estantería…